El Dragón de la Gotera
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En la peña de San Lorenzo, en La Vid, hay una ermita desde la que se divisa todo el valle de Gordón. La subida discurre por una senda que atraviesa un bosquecillo de robles y un pequeño precipicipio en la caliza donde se observan siete huellas en la piedra que dicen son de las herraduras de la acémila de San Lorenzo.
La leyenda asociada a esta ermita y la descripción del lugar los he encontrado descritos por Matías Díez Alonso, correspondiéndose con lo que de guaje oí en el colegio alguna vez, probablemente de labios de algún compañero de La Vid .
Cuenta la leyenda que existía un culebro o cuélebre en la garganta de La Gotera "que plantaba su barriga en el río y exigía una oveja diaria para alimentarse. Si no se la daban, soltaba el agua remansada e inundaba las tierras".
El caso es que cuando le tocó el turno de alimentar al cuélebre a un vecino de La Vid, como no tenía ovejas se le exigía entregar a su hija. La muchacha, viéndose perdida, pidió ayuda a San Lorenzo, el cual vino en su ayuda con sus dos hermanos más pequeños, Vicente y Pelayo. Se dice que su salvador hizo una torta con tierra carbonosa de los alrededores, cobre de Cármenes y unto del que se utilizaba para engrasar los carros y se la dió al cuélebre que se indigestó, momento que aprovechó San Lorenzo para atacarlo y darle muerte con su lanza, lo que consiguió, no sin antes revolverse el cuélebre entre bramidos y acometidas que terminaron con la vida de sus hermanos. San Lorenzo utilizó las descomunales costillas del dragón para construir el armazón de una ermita, que es por lo que se cuenta que antes tenía arcos como los de los monasterios.
Se cuenta también que San Lorenzo, antes de volver a sus luchas en Tánger, encontró una acémila que venía cargada con un arca de alabastro en el que estaban los cuerpos de sus hermanos muertos en la lucha contra el cuélebre. La acémila subió a la peña y allí marcó las huellas.
Es cosa conocida que cerca de la ermita había una fuente que llamaban de las virtudes a donde iban las mozas a beber agua con la petaca del cura para asegurarse el novio y el casamiento durante el año, siempre que bebieran con fé.
Ahora, según parece, la fuente de las virtudes ya no existe porque se han tomado sus aguas para hacer la traída hasta La Vid.
En este pueblo de Gordón se conserva una torre de los siglos X la primera parte y probablemente del XV la segunda, con arcos carpanel en los asientos de las saeteras que la rematan . Seguramente fué una torre de defensa del paso de La Gotera en la primera etapa del reino de León.
OTRAS APORTACIONES Y OTRAS FUENTES SOBRE ESTA LEYENDA.
Los testimonios escritos
En los documentos del archivo de la basílica isidoriana publicados por el prior D. Isidoro Viñuela, hijo de La Vid, hay uno que es una información jurada que hace el abad D. Pedro de Zúñiga y Avellaneda, de fines del siglo XVI,referente a la ermita de San Vicente de La Gotera que dice:
"...y que allí avía hecho una fragua y avía templado unas ciertas varras de yerro ardiendo y la avía echado al culebro, juntamente con unos flejos de lino y unos tocinos, y que estando todo junto la avía tragado el dicho serpiente y que avía reventado, y que con la gran bramida que avía hecho los dos hermanos más chiquitos que avía dejado se avían pasmado y se avían muerto, y cuando él vino y los halló muertos, determinara volverse para su tierra de Tángere, y avía topado el Santo (se refiere a San Lorenzo) con una acémila la cual traía una piedra de alabastro a manera de munimiento, que la acémila no avía parado hasta donde ahora está la hermita fundada, que es una tierra muy alta y avía oído decir el testigo que la acémila avía señalado las herraduras en las dichas sierras, y ansí ha visto que llegan allí muchas gentes en romería por las fiestas de San Lorenzo y San Vicente y San Pelayo, y en otros días del año, y ha visto que las gentes que van a la Hermita beben del agua de la fuente que dicen de las virtudes y alcanzan gran beneficio, lo uno porque dicen que la dicha fuente que está en un trecho de ballesta de la hermita fue fundada de las lágrimas de los Santos pequeños, que avían quedado quando el mayor fue a matar al culiebro..."
Habla también el testimonio del abad de las ermitas que allí hubo; la primera, armada con las costillas del cuélebre como armazón, la segunda como una ampliación de la ermita primitiva que ya lleva unos arcos de monasterio, y la última, actual, que ha llegado hasta nuestros días.
EL RELATO DE LA LEYENDA.-
La leyenda tiene sus matices en boca de las gentes que van cambiando de generación en generación, contando la existencia del culebro o cuélebre en la garganta de La Gotera, que plantaba su barriga en el Bernesga y exigía una oveja diaria para alimentarse.
Un vecino de La Vid a quien le correspondía el turno de alimentar al culebro, que no tenía ovejas, se le exgió entregar a su hija, pero la moza se encomendó a San Lorenzo, que estaba guerreando en Tánger.
Vino el Santo con sus dos hermanos más pequeños, Vicente y Pelayo; amasaron una torta con tierra carbonosa de sus pagos, cardenillo de cobre de La Profunda, unto de carro, y se la dieron al culebro que se indigestó y así pudo matarlo con su lanza cuando abrió sus fauces al arrojarle desde la peña un feje ardiendo.
Los hermanos murieron asustados y les dio sepultura construyendo una ermita en lo alto de la peña y allí un túmulo con el arca de alabastro que traía una acémila. Con las costillas del culebro fabricó el armazón de la ermita.
Efectivamente, allí están impresas las herraduras de la mula, en la alta roca viva y son siete, ese número cabalístico de culto a la fertilidad.