La bruja de La Tercia y la jana
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LA BRUJA DE LA TERCIA Y LA JANA
En terrenos conjuntos de Poladura y San Martìn de la Tercia del Camino de Argüellos flotan tambièn esos aires embrujados de encanto y belleza.
Al norte de Poladura se destaca majestuoso un altozano calizo que llaman el Castillo. Desplazándose un Kilómetro en dirección a la montaña de la izquierda se llega a una garganta caliza donde al lado del camino han situado un cerramiento peñascoso de un redil merinero.
En el arroyo de la garganta han practicado la toma de aguas para la aldea y han construido una caseta. Allí existía la fuente que llaman Ana María y que la legendaria denominaba la fuente de las brujas. Ya dice la estrofa:
Del Castillo al Castellón,
a las tierras del Hurón,
a la campa de la Pría,
a la fuente Ana María,
hay un tesoro envuelto
en la piel de un buey pinto
y en la capa de un señor
que vale más doblones de oro
que la ciudad de León.
En esta fuente, con un profundo pozo anejo, vivía encantada una jana montañesa condenada a no poder salir del pozo si no era izada con una torcida de lana.
Así la bruja del pueblo se llegó a la fuente y lanzó a la jana un ovillo de lana de doble torcida, que fue desdevanando hasta llegar al fondo para que se atara a él la jana y poder izarla.
Cuando la jana llegaba al brocal del pozo de la bruja le hizo la proposición de que se casara con su hijo, que era un mocetón zafio y despreciado por las mozas de Poladura por su brutalidad y ser hijo de la bruja. La jana no quiso prometer su mano para el mozo y la bruja, contrariada, cortó el hilo con unas tijeras de oro y la jana volvió a caer al pozo para siempre. Las tijeras de la bruja cayeron también al pozo. Y allí está la jana, bellísima, como son las mozas de esta tierra montañesa, que ya lo dice el cantar popular:
En Busdongo y en Camplongo,
en Vegalamosa y Arbas,
bailan las mozas guapas
con las madreñas calzadas.
Mientras tanto, esperando al mozo argollano que se atreva valiente llegarse al pozo Ana María la noche de San Juan, allí continuará la hermosa jana para ser izada con la torcida de lana y requebrada de amores; a cambio, ella le entregará generosa su fresca belleza, las tijeras de oro y dos escudillas también de oro fabricadas con el molde de sus bellos senos.
